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Concejal de Fallas. Asegura que su papel es el de «ir un paso por detrás» de la Federació de Falles, aunque ha presentado algunas propuestas. Ha gestionado cuestiones complicadas, como el rescate del Museu Faller y la reestructuración del presupuesto esta legislatura.

Pone un punto a cuatro años como representante institucional de las fallas que puede ser final o seguido, dependiendo del resultado electoral. Lo hace convencido de que ha cumplido con los objetivos de la legislatura e incluso tiene preparada una propuesta que revolucionará la parte administrativa de la fiesta.

El hecho más importante de esta legislatura en las fallas ha sido el rescate del Museu Faller. ¿Era una necesidad para el colectivo?
Lo que necesitaban las fallas era que les libráramos de algunos asuntos, y los dos primeros años de legislatura estuvimos trabajando primero en esa replanificación presupuestaria. El año pasado, antes de fallas, ya intuíamos que tendríamos una solución definitiva para el Museu. Yo creo que esa solución ya está, que era diferir definitivamente la asunción por parte del ayuntamiento de Gandia del cien por cien de ese crédito personal que pagaban las fallas. Eso ya es un compromiso político que está salvado para el futuro porque lo asumieron por todas las fuerzas políticas. Se trabajó para que la cuestión del Museu no fuera partidista.

Las fallas son un colectivo que necesita un apoyo institucional importante y que se vio recortado al principio

 

Foto: Ximo Ferri (Levante-EMV).

de la legislatura. ¿De cara al futuro cuál es la planificación del ayuntamiento? ¿Se aumentará la subvención?
Ya se ha recuperado en la medida de lo posible lo que se recortó. Por una parte liberamos a las fallas de gasto financiero, que asumió el ayuntamiento. Luego hay otra parte que son las inversiones directas que hacemos a las fallas, porque entendemos que son, después de la Fira i Festes y junto a la Semana Santa, una de las grandes fiestas de la ciudad. Hemos asumido las «mascletaes» y hay compromiso de seguir aumentando los espectáculos pirotécnicos, hemos convertido las verbenas en un gasto del Ayuntamiento de Gandia para que esa plica sí que sea rentable para los licitadores y se pueda hacer una programación muy diversa por las noches. De una forma u otra, estamos volviendo a los niveles de gasto del inicio de la legislatura y creo que progresivamente podremos ir mejorando.

Las Fallas son una proyección de la imagen de Gandia. ¿El asunto entre el Prado y la Federació de Falles la ha ensombrecido?
A mí me corresponde un papel institucional. Yo respeto siempre las deliberaciones de los órganos de los que se han dotado los falleros, que tienen plena autonomía de decisión. Yo, como fallero, y como fallero del Prado, lo he vivido con cierto dolor, porque ha coincidido que mis amigas eran reinas, que ibas los viernes al casal y querías ayudar un poco más porque tienes cierto comboi y hemos tenido encima de la mesa un tema que no es puramente fallero, sino que es más administrativo. Yo ya di mi opinión donde debía darla y tengo mi opinión, pero a mí me ha producido cierta sensación de dolor.

¿Cree que se está haciendo suficiente por las dos partes para tratar de acercar posturas?
Me consta que se ha intentado no llegar a este extremo. No es el escenario deseable, pero eso no quiere decir que estemos donde estamos porque no se haya hecho nada para evitarlo. Me consta que se trabajó durante mucho tiempo para intentar evitar esta situación. Creo que las Fallas se deben guiar por la gestión de la convivencia. Yo creo que las cosas están bastante mejor que al inicio de plantearse esta cuestión porque ese acercamiento ha empezado a dar sus frutos.

Ha sido un año de cambios en el tema de las secciones, los premios, etc. Desde el plano institucional, ¿cree que han sido acertados?
A mí me parecía bien el sistema anterior de secciones. El problema no estaba en la forma de cómo organizaba el sistema, está en la honestidad. Si los presupuestos no se ajustan a lo que las comisiones acaban gastando y difícilmente cuadra lo que se dice con lo que se hace, es difícil encontrar un sistema de sección. Van pasando los años y vamos estrenando sistemas de secciones. Este año tenemos otro encima. Parece que intentamos hallar una solución en el cambio de sistema y tal vez el cambio real debería estar en la honestidad de lo que se confiesa a la hora de planificar un presupuesto y lo que se dice a la hora de poder encajar en una sección u otra. Creo que debemos tender hacia la estabilidad del sistema de secciones, pero también ahí respeto mucho la autonomía del colectivo fallero porque también en eso tienen potestad para organizarse como mejor crean y a todo lo que hagan le daré respaldo y lo apoyaré, como no podía ser de otra forma.

¿Cuando la Federació de Falles va a proponer o aprobar algún tema, le pide consejo al concejal de Fallas, sobre todo si es algo que afecta a la ciudad?
Mi papel es acompañar a las Fallas siempre un paso por detrás. No me corresponde estar un paso por delante, no es la función. Tenemos una gran suerte y un gran potencial porque la Federació de Fallas es autónoma. Las fallas tienen una capacidad de autoorganización envidiable y otras ciudades nos miran en lo que es la autonomía en la fiesta fallera. Todo el apoyo que necesitan, lo tienen, todas las decisiones donde quieren que estés para ayudarles a hacerlo bien, te corresponde estar y yo estoy con mucha convicción y vocación porque, además, me siento excelentemente tratado por la FdF y por el colectivo. Vengo del colectivo y lo conozco y eso ayuda a la hora de ponerse en la mirada de los otros para poder ayudar a tomar decisiones. Mi misión, a la vez de ayudarles a ver las cosas de otra manera, es fundamentalmente la gestión de la fiesta en el ámbito administrativo, que el ayuntamiento responda a las necesidades de lo que es un fiesta de calle, que haya un soporte institucional y básicamente la gestión de lo que es el día a día de las relaciones entre la institución y un colectivo en el que hay miles de personas de esta ciudad.

Una persona como usted que viene del mundo de las Fallas, ¿tiene una posición de privilegio en el sentido de que dispone de la posibilidad de proponer alguna cuestión que considere que es positiva para la fiesta?
Alguna propuesta desde el Ayuntamiento de Gandia ha salido. Por ejemplo, la ampliación de los espectáculos de pirotecnia fue una iniciativa el año pasado de la Federació de Falles y este año nosotros les propusimos dar un plus con una «mascletà» más. Siempre tienes la posibilidad de proponer temas porque tienes recursos para poder darle salida. La singularidad de Gandia es que aquí la organización es plenamente del colectivo fallero y eso para mí es una virtud y un potencial enorme, pero sí que te puedes permitir poner ciertas propuestas encima de la mesa para que el colectivo fallero las pueda estudiar. Una que ha quedado pendiente, que también es una propuesta mía hacia el colectivo: una ordenanza específica que regule las Fallas.

¿Qué cuestiones regularía esa ordenanza?
Una de ellas es la responsabilidad civil subsidiaria. En estos momentos es de las asociaciones culturales falleras y habría que transmitirlo a las personas que ocupan en el dominio público dentro de lo que son las demarcaciones falleras. Nosotros lo que queremos es estructurar la vía pública a partir de las demarcaciones falleras para que los presidentes tengan toda la seguridad jurídica y, a parte, podamos dar a las claras las reglas de dónde se puede desarrollar la ocupación de la vía pública, tanto en los días de la fiesta como fuera de la fiesta, porque también existe un acuerdo descrito sobre los días para hacer espectáculos musicales dentro del año, pero no está enmarcado dentro de una ordenanza. Queremos ordenarlo, agruparlo todo y que las fiestas tradicionales valencianes, que entendemos que aportan más de lo que suponen de gasto a una administración, puedan desarrollarse con una mayor seguridad jurídica.

¿Se haría también pensando en los vecinos?
Siempre. Lo que deberíamos hacer es tener en cuenta todas las opiniones. Esta legislatura ya hemos tenido bastantes frentes como para ponernos a trabajar en la ordenanza: La cuestión del Museu por resolver, la distribución económica, etc. Solventados esos temas ya es momento de ponerse en esa ordenanza, lo que pasa es que a pocos meses de fallas no era momento de abordarlo. Vamos a dejarlo madurar, a dejar pasar las elecciones y creo que después de los comicios será momento de hablar de la ordenanza propia. Pero he de decir que sin ordenanza somos un ejemplo a seguir de gestión entre intereses de los vecinos y el colectivo.

Las Fallas han demostrado de sobra el potencial cultural del que disponen, lo que ocurre es que, en ocasiones, queda muy cerrado al ámbito fallero. ¿Qué se podría hacer para que toda la ciudad se beneficiara de todo ese trabajo?
Las Fallas de Gandia son un ejemplo de fallas suficientemente abiertas a todos los ámbitos sociales, y prueba de ello es que la gran mayoría de personas interesadas en la cultura de la ciudad, sean o no falleras, colaboran en los «llibrets» participan de la emisión o están en un acto cultural, porque aquí tenemos desde cortometrajes hasta artículos. Yo creo que el abanico de Gandia es insuperable. No hay ciudades que tengan producciones audiovisuales que sean de primer nivel o en las que los mayores poetas de la Comunitat Valenciana hayan sido premiados con el Joan Climent de poesía o el premio al mejor artículo que da el Ayuntamiento de Benirredrà. ¿Qué queda? Pues creo que lo que queda es convertir el comboi cultural de las fallas en el de un niño que hace una redacción pensando en cuál es la metáfora de la esencia de las fallas o en un joven universitario que necesita publicar y dispone del abanico de los «llibrets» para lanzar su primer artículo en una publicación que tiene posibilidad de quedar entre las primeras de la Comunitat Valenciana. Creo que el camino está trazado en un sentido positivo. Veo a muchos universitarios colaborando en un «llibret» sin pagar una cuota fallera, veo a poetas con una trayectoria en el mundo de las letras valencianas escribir en los «llibrets» de Gandia, y eso significa que algo se está haciendo bien. Creo que, culturalmente, las fallas de Gandia, más que nadie, han hecho mucho por cultivar culturalmente la parte de la sociedad que no está implicada en las fallas pero que tiene la posibilidad de ver qué puede aportar. A mi entender una buena vía para el futuro que es la educacional, desde las primeras etapas de la infancia explicar lo que son las fallas y todo su entramado cultural.

Entrevista publicada en el diario Levante-EMV el sábado 16 de marzo de 2019.

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